La paloma se llamaba Palmira, se cayó del palomar, Palmira era blanca y pequeñita. Se hirió una patita no podía volar en el suelo se encontró con una piedra grande allí reposó.
De pronto salieron de un agujero un montón de hormigas ellas le preguntaron ¿Qué te ha pasado? ¿Cómo te llamas? Me he caído del palomar y me llamo Palmira pobrecita nosotras te cuidaremos.
Las hormigas llamaron a mas hormigas y entre todas la llevaron a su casa.
Allí la hormiga madre se acercó y dijo: rápido hay que operar, que vengas los amigos cirujanos. Palmira fue operada de la patita y luego la escayolaron, le daban muy bien de comer y le ponían hojas curativas.
Pasaron veinte días hasta que la paloma pudo ponerse en pié luego, le quitaron la escayola y Palmira ya pudo andar.
Gracias amigas por haberme curado, la paloma izo una reverencia a la hormiga madre y salió de la casita, ya estando fuera anduvo unos pasos pero no podía volar lo intentó varias veces.
Hasta que lo consiguió, ya en el palomar las palomas dieron la bienvenida a Palmira y la palomita blanca se puso al sol para ponerse más blanca. Palmira se recuperó muy fácilmente y ya no se volvió a caer.
Les contó a sus amigas su aventura, Palmira todas las mañanas echaba miguitas de pan a sus otra amigas las hormigas.
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