Se llamaba Jaime y era tan rico
Que parecía un entremés
Jaime tenía ocho meses
Y era alegre.
Y jugaba a ponerse de pié
Y se reía por todo
Con un hoyito en la barbilla
Y la gente
Que le leía
Quería parecerse a él
Era guapo y grande
Era Jaime
Era un gran bebe
Y a todos les encandilaba
Porque quería jugar
A todas horas y al ajedrez